
Relamo el grano del dolor
en mi razón boca desdentada
ser pájaro es saber de esas cosas
la paz duele y desciende
a pesar de la multitud
hay lámparas que no nacen
pero aún laten mi vigilia
las espera
y a veces quisiera pedir perdón
por este desanudarme de cuerda de guitarra
mis fronteras cuelgan
como a cortinas el viento las desparrama pienso
en una auténtica desaparición
desde la yema de los dedos
mudar en sal o antimateria.
Qué bien que escribes!
ResponderEliminarUn beso
Hay lámparas que no nacen: preciosa metáfora.
ResponderEliminarLo destinado a iluminar no da luz y se queda en posibilidad. Mudar de estado quizá sea deseo de plenitud pero también puede ser deseo de morir. Me quedo con lo primero. Y con tu poema, claro.
Un abrazo.