Que pueda darte paz de osario
que el polvo blanco de tu boca
se haga nube en el cieno seco del camino
Que la voracidad de tu boca
sea la hélice final
y fatal
Fracturas tan hembras
en la costura irregular de tu boca
en su esporádica hichazón de capullo
de cápsula vital
vertical y vacante y sahariana
Tu boca
último esquife de un navío obligado a no tocar orilla
o la verdad última que endurece al mar y aletarga el plazo del hundimiento
Yo la conozco como a un leprosario
¿Quién limpiará la arena de tu boca?
Nadie
Ni siquiera los todavías que se agrietan ávidos.
Bello. Tan bello. Gracias.
ResponderEliminar