martes, 18 de noviembre de 2008

Réquiem a un naciente



Habrá lugares
que me hablen de ti
alguna calle
que comience como tu nombre

y de mí
habrá cascaritas
que guardaré por generaciones
y generaciones
que se ajarán
silenciosamente

aún
tengo tiempo
apenas los metales irradien tu sí

tu pausa el trasluz de la voluntad
será más mío que mi propio sexo

y una nada sobre otra nada copularán

iré entrando en tu vida alojando tu muerte
en un mismo gesto
la cisterna llena se convertirá en cliché

entonces iremos a la playa los domingos
y tomaremos café espresso en las mañanas

me preocupa
pero aún
tengo tiempo

apenas mi nada
se coma tu sí
lo deshaga en la lengua como a una yema azufrada

distinguirá que detenerse
es también alejarse

y mi nada
cuerpo de vidrio
quedará

nadando en ese modo tuyo
de decir que sí.

4 comentarios:

  1. Gracias por pasar mi blog, Conventillo Textual y por tus comentarios con respecto a mis textos. Te estoy leyendo y es un placer nadar sin agua por tu universo.

    Un beso. Y después regreso con comentarios en detalle sobre cosas que has publicado.

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  2. No sé si hay o no agua en tus poemas, pero fluyen. Las palabras, depositándose sutilmente una sobre la otra, son como un goteo o, tal vez, un pulso. ¡Qué ingenuo, pero qué inevitable desear asirlas! Atrapada en líneas de las manos, sin embargo, permanece una frescura cómplice. Yo bebo.

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  3. ¿Frescura me dijiste? Frescura tuya en versos diáfanos y bellos, amiga. "... que detenerse
    es también alejarse", Esto es sabio. Y Alojar su muerte. Todas perlas. Hermoso poema!
    Alegría enorme de que hayas regresado. Y con todo.
    Un beso. Buen finde para vos.

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  4. Olvidé decirte que la foto de Julio es hermosa. Me encantó. Qué tipo!

    Otro beso. Que estés bien.

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